Detras del término OLED se encuentran las siglas de Organic Light Emitting Diode (Diodo orgánico de emisión de luz). En esta teconología hay un término que nos llama especialmente la atención: Orgánico.
¿Tecnología orgánica en las pantallas?
Este tipo de tecnología se basa en la integración de una capa electroluminiscente formada por una película de componentes orgánicos que reaccionan mediante una estimulación eléctrica, generando y emitiendo luz. Aunque para ser más precisos, se trata de dos capas muy finas, una capa de emisión y una de conducción, ubicadas en medio dos películas que hacen de terminal ánodo y cátodo. Esta es su estructura:
Estas capas están hechas de polímeros que conducen la electricidad. El tipo de material orgánico y su estructura es lo que determina el color emitido, tiempo de vida y eficiencia enrgética del dispositivo.
Las pantallas OLED: Pros y contras
Esta tecnología permite crear pantallas que se caracterizan por ser muy delgadas y flexibles. Esto se debe a que la capa electrolumisciente se puede incluir en soportes muy flexibles, así las aplicaciones para estas pantallas son múltiples: teclados, prendas de vestir...
También tienen más brillo y contraste. Esto se debe a que los pixeles emiten la luz directamente a diferencia del LCD, lo que mejora el rango de colores. Por ello también consumen menos energía, ya que no necesitan iluminar para generar el color negro.
Entre sus inconvenientes, nos encontramos principalmente con su corto periodo de vida, que es bastante menor que la del LCD (su duración es 4 veces mayor que el OLED) . Esta degradación depende también del color, siendo mucho mayor para el color azul. Además, hay que tener en cuenta que el impacto medioambiental de esta tecnología es bastante alto.
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